Las criptomonedas han pasado de ser una curiosidad tecnológica a convertirse en un mercado global con más de 617 millones de usuarios y un valor que supera los 2,3 billones de dólares, según datos de Henley & Partners. Este crecimiento ha atraído tanto a inversores como a ciberdelincuentes, que ven en este ecosistema una oportunidad para desplegar nuevas amenazas. De hecho, según el último informe de ciberamenazas de ESET, las detecciones de malware diseñado para robar criptomonedas aumentaron un 56 % en la segunda mitad de 2024.
“Uno de los principales factores que alimentan estas estafas es la desinformación”, señala Josep Albors, director de investigación y concienciación de ESET España. “Inversores sin experiencia a menudo confían en recomendaciones de figuras públicas, influencers o conocidos sin verificar la legitimidad de los proyectos. Los ciberdelincuentes explotan esta falta de análisis crítico mediante esquemas fraudulentos, como plataformas falsas de inversión o criptomonedas sin respaldo real.”
Un ejemplo reciente es el caso del presidente argentino Javier Milei, quien promovió en sus redes sociales la criptomoneda $LIBRA. Tras una rápida apreciación inicial, su valor se desplomó, causando pérdidas significativas a más de 40.000 inversores. Este incidente ha generado investigaciones judiciales y denuncias por presunto fraude.
La mecánica de las estafas en el ecosistema cripto
De entre todas las estafas que utilizan los ciberdelincuentes utilizando las criptomonedas se encuentra la conocida como rug pull, una estafa bastante común en el mundo de las criptomonedas, especialmente en proyectos DeFi. Esta consiste en que los desarrolladores crean un nuevo criptoactivo, atraen inversores y, una vez que el valor sube, retiran los fondos y desaparecen, dejando a los inversionistas con tokens sin valor.
Existen tres tipos principales de rug pull:
- Robo de liquidez: los creadores impulsan la inversión en su proyecto y luego escapan con el dinero.
- Falsos inversores: los desarrolladores aparentan tener un proyecto sólido con inversores ficticios, elevan el precio del activo y luego venden masivamente, provocando su desplome.
- Manipulación del proyecto: los creadores impiden la venta de los activos por parte de los inversores, inflan el valor y luego venden todo, llevándose el dinero.
Ya tenemos los datos definitivos de la cripto-estafa promocionada por Javier Milei: 74.698 personas perdieron 286 millones de dólares. 25 de ellas perdieron más de 1 millón cada una.
Masacre total. https://t.co/nVV3e2H4kN
— Eduardo Garzón (@edugaresp) February 17, 2025
4 claves para una inversión segura
No siempre es fácil identificar un rug pull, ya que muchas de estas estafas se presentan como inversiones legítimas. ESET, compañía de ciberseguridad, recomienda tomar estas 4 medidas básicas para que cualquier inversor potencial tome antes de comprometer su dinero:
- Investigar a fondo: antes de invertir en cualquier criptomoneda o plataforma, es clave verificar su reputación y antecedentes.
- Desconfiar de promesas de rendimientos garantizados: ninguna inversión es 100% segura, y las criptomonedas son especialmente volátiles.
- Utilizar plataformas oficiales y reguladas: evitar enlaces desconocidos o recomendaciones sin verificación.
- Proteger la información personal y financiera: nunca compartir claves privadas o datos sensibles con terceros.
“Las criptomonedas ofrecen oportunidades, pero también conllevan riesgos. La mejor defensa contra fraudes y pérdidas es la educación financiera y la prudencia al tomar decisiones de inversión”, concluye Albors.
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