- Por Marc Sabadi, Identity & Innovation Lead, Mitek Systems.
A estas alturas, hablar de seguridad en línea y de la identificación del cliente es hacerlo de una preocupación que cala en las empresas de todos los tamaños. Con la creciente sofisticación de los ciberataques, una tendencia en la que la mayoría de las organizaciones coinciden, los riesgos son elevados.
Tengamos en cuenta el contexto: un 85% de los consumidores han sufrido, al menos, un intento de fraude digital durante 2023, según datos de la Asociación Española de Empresas Contra el Fraude (AEECF). A este respecto, es capital concienciar a empresas, administraciones y, por supuesto, a ciudadanos sobre amenazas como la suplantación de identidad apoyada en inteligencia artificial, una tendencia que debemos vigilar muy de cerca.
Por eso, ya no hay medias tintas: la biometría multimodal se posiciona desde ya como una solución confiable que está aquí para ayudar a abordar los desafíos de seguridad en la identificación online. La biometría multimodal es un enfoque avanzado de autenticación que utiliza múltiples características biológicas o conductuales únicas de una persona para verificar su identidad. Esto incluye el reconocimiento de huellas dactilares, facial y de voz. Al combinar estas diferentes modalidades de autenticación, las empresas pueden crear un sistema de seguridad más sólido y resistente a los intentos de fraude.
La implementación de la biometría multimodal ofrece una serie de beneficios significativos para las empresas. En primer lugar, mejora la seguridad de los sistemas y datos empresariales al reducir la dependencia de contraseñas y códigos de acceso que pueden ser vulnerables a los ataques de hackers. Además, proporciona una experiencia de usuario más conveniente y sin fricciones, ya que elimina la necesidad de recordar contraseñas complicadas o realizar múltiples pasos de verificación.
La contraseña es sinónimo de haberse quedado atrás
La autenticación biométrica ha surgido como una herramienta crucial para empresas que buscan mejorar sus procesos KYC y fortalecer la seguridad en sus operaciones. A medida que avanzamos hacia un mundo digitalizado, el tradicional método de autenticación multifactor, que depende de PIN, códigos de acceso y respuestas a preguntas de seguridad (KBA), se vuelve cada vez más obsoleto y propenso a riesgos de seguridad.
La combinación de diferentes formas de identificación biométrica, como el reconocimiento facial y de voz, junto con la detección de vida, crea un sistema de seguridad sólido y confiable. Esta mezcla no solo hace que nuestros datos estén más seguros, sino que también hace que sea más fácil para nosotros, los usuarios. ¿Por qué? Porque nos libera de la necesidad de recordar contraseñas complicadas o de pasar por procesos de verificación tediosos.
Implementar esta tecnología requiere analizar cuidadosamente el entorno en el que se va a utilizar y evaluar muchos aspectos, pero lo cierto es que su integración es muy orgánica. Y es que la biometría multimodal es un sistema sofisticado a nivel de seguridad, a la vez que simple en usabilidad e implementación.
Vincular biometría con una identificación real: éxito
En lugares donde la seguridad es primordial, como en aeropuertos o edificios gubernamentales, la biometría multimodal refuerza aún más el control de acceso y la seguridad física. En el mundo financiero, las empresas están aprovechando esta tecnología para proteger sus transacciones y prevenir el fraude. Y en el sector de la salud, ayuda a identificar a los pacientes de manera más precisa y a mantener sus datos personales seguros, al mismo tiempo que agiliza los procesos de trabajo.
Por tanto, los elementos biométricos únicos y precisos de cada persona son fundamentales, pero están limitados de por sí. Hace falta agregar la capa de la verificación de la identidad, que vincula esos datos biométricos a una persona real y verificada para evitar a los estafadores más sofisticados. Y es que al comparar esos marcadores de un individuo con los que se muestran en un documento de identidad oficial, es posible asegurar que quien está registrándose es realmente esa persona.
Vincular una imagen en vivo que incluye los datos biométricos de un titular de cuenta a su documento de identidad crea una protección mucho más sólida. A través de la biometría avanzada multimodal, se verifica la autenticidad del documento; se comprueba que el rostro de la persona coincide con el que aparece en el documento; se realiza una prueba de vida del documento (document liveness) para garantizar que pertenece al mundo real; finalmente, se lleva a cabo una prueba de vida de la cara (face liveness) para garantizar también que sea real, y no una foto, una máscara o una imagen.
Al insertar la autenticación biométrica y la verificación de identidad, la cadena de eventos se detiene bruscamente, haciendo que el intento de fraude sea inútil. Por tanto, solo el propietario legítimo de la cuenta puede acceder o cambiar sus datos. En este aspecto, aunque la suplantación de identidad es un problema creciente en el mundo digital, la solución de verificación de la identidad de Mitek es un ejemplo no solo de detección del fraude, sino también de generación de confianza en el usuario.
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