- Por Edwin Weijdema, Global Technologist, estrategia de producto de Veeam.
La desinformación perjudica el potencial ilimitado de la tecnología para mejorar empresas, industrias y comunidades.
En el panorama internacional actual es raro que no se hable de las «fake news» en una conversación y de cómo pueden desorientar el discurso crítico e inducir a engaño en temas como las elecciones o lo que está sucediendo ahora mismo en todo el mundo.
Si a esto le unimos el que la privacidad se redefine constantemente en esta época de «capitalismo de vigilancia», nos encontramos ante un campo de minas casi literal a la hora de proteger los datos.
Debido a esto, cada vez es más apremiante centrarse en la protección de datos y las tecnologías de ciberseguridad capaces de salvaguardar la integridad de los derechos humanos en medio de una guerra cibernética por la información. Pero las empresas también deben garantizar que siguen usando los datos de forma ética, segura y cumpliendo los reglamentos y las normativas.
El Día de la Protección de Datos es una oportunidad para explorar algunas de las tecnologías que lideran la lucha contra la (des)información en Internet y para ver cómo las empresas pueden proteger los derechos de los empleados, consumidores y ciudadanos.
La protección de datos es un derecho humano
Aunque algunos no lo saben, la protección de datos es un derecho humano. Es por este motivo que celebramos en Europa el Día de la Protección de Datos. Este año es el cuarenta aniversario del Convenio para la protección de las personas con respecto al tratamiento automatizado de datos de carácter personal del Consejo de Europa, también conocido como Convenio n.º 108. El tratado del que nacieron las primeras leyes de protección de datos en la Unión Europea y que ha dado paso al Reglamento General de Protección de Datos (GDPR).
A pesar del importante daño a la reputación y también a nivel económico que supone no proteger este derecho humano básico, la protección de datos o, más bien, la ausencia de esta sigue llenando titulares.
Por suerte, la tecnología diseñada para la protección de datos y la ciberseguridad se esfuerza en cambiar esto.
La tecnología es un arma fundamental en la lucha contra la guerra cibernética de la información
Se ha hablado mucho sobre el papel que desempeña la tecnología a la hora de facilitar la difusión de la desinformación y de incitar a la guerra cibernética por la información. Pero, quizás la clave aquí es que la tecnología es nuestra principal arma contra los ciberdelincuentes.
No olvidemos que hace las veces de guardián frente al arma favorita de estos delincuentes: el ransomware. Este es un tipo de malware que ha sido diseñado con un objetivo malicioso para cifrar archivos y datos almacenados. Se trata de una de las amenazas más comunes y complicadas de resolver y a la que se enfrentan las empresas en todos los sectores y países.
El ransomware se emplea principalmente para extorsionar a las empresas. Aunque muchos ataques tienen por objetivo dar con los archivos de producción y backup, así como localizar documentos. Al cifrarlos, el ataque deja a las empresas sin otra opción que acceder a las demandas de los ciberdelincuentes.
Se calcula que para finales de 2021 el coste global de los daños ocasionados por el ransomware alcanzará los 20.000 millones de dólares, tal y como refleja el Estudio sobre ransomware de Veeam de 2019. Aún más perjudiciales son las incontables violaciones de los derechos humanos que esto supone, sobre porque cada vez es más frecuente que los ciberdelincuentes amenacen con hacer públicos los datos robados.
Para luchar contra los crecientes retos ahora que los ciberdelincuentes trabajan conjuntamente, es importante que la tecnología cuente con sus propios ejércitos y alianzas, como la alianza de protección contra el ransomware que ha creado Veeam con algunos partners, entre los que se incluyen: Cisco, AWS, Lenovo, HP y Cloudian.
Obviamente, los ciberdelincuentes siempre buscan modos nuevos e innovadores que les permitan robar datos y desde el inicio de la pandemia las empresas no han sido las únicas en acelerar la transformación digital. Los ciberataques a sistemas cloud se han disparado, registrando un aumento del 250 % entre 2019 y 2020.
Ante esto, resulta más importante que nunca trabajar con partners tecnológicos que no solo den prioridad a las necesidades de la gestión de datos actual, sino que también piensen en cloud y en las soluciones de seguridad del mañana, siempre un paso por delante de los ciberdelincuentes.
Utilizar los datos de manera ética, segura y cumpliendo con la normativa
En esta era digital, la responsabilidad que tienen las empresas de usar los datos de forma ética, segura y de acuerdo con la normativa es mayor que nunca. Y no se trata de algo que se hace porque sea agradable o una prioridad en el orden del día, se trata de un derecho humano.
Aún así, demasiadas empresas están ayudando sin darse cuenta a los ciberdelincuentes con el modo disciplente en el que tratan la seguridad de los datos. Basta con echar un vistazo a la larga lista de multas que la Autoridad de Control en materia de protección de datos de Reino Unido (Information Commissioner’s Office o ICO) ha impuesto al ver que las empresas no están haciendo todo lo que deben para proteger a los ciudadanos.
Las multas y el daño a la reputación tienen un efecto disuasorio evidente. No obstante, aún se producen demasiadas filtraciones de datos y las empresas tienen que esforzarse más para contrarrestar esta difícil situación de la protección de datos. Por este motivo, la tecnología vuelve a ser el elemento facilitador clave.
Independientemente del tamaño de la empresa, es necesario encontrar una solución que garantice la seguridad de los datos, el cumplimiento de las normativas y de los requisitos de privacidad del cliente. No basta con creer en la promesa del proveedor de que sus soluciones son seguras, vale la pena leer las opiniones de clientes, investigar un poco y consultar a organismos respetados dedicados a analizar y puntuar experiencias.
En el ejercicio que tenemos por delante, mantener el nivel de confianza del cliente será una prioridad fundamental. Ya pasan demasiadas cosas en el mundo como para además tener que preocuparse por el estado de los datos.
Por lo que confiar en la tecnología correcta puede ayudarnos a defender los derechos humanos y avanzar a pasos de gigante en la lucha contra los ciberdelincuentes.
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